domingo, 15 de noviembre de 2015

Trucos para un buen discurso. La brevedad II


Nunca se insistirá lo suficiente, debemos ser capaces de trasladar nuestro mensaje a la audiencia con claridad y brevedad lo que sin duda nos agradecerán.    

Es en lo primero que debemos pensar al preparar el discurso o alegato, y no caer en el error de confundir hablar con persuadir.

Todos en alguna ocasión nos  hemos encontrado con oradores que repiten y repiten la misma idea o divagan sin rumbo consiguiendo aletargar  al auditorio.  Cuando de lo que se trata es de  fijar una meta clara sobre el mensaje: saber cuál es tu mensaje central y que lo capten, entiendan, y sobre todo lo recuerden. Esto es aplicable en todas las profesiones.

Entre los operadores jurídicos son conocidas  las llamadas de atención de los jueces en las apretadas mañanas de vistas judiciales, donde nos apremian con llamadas a la brevedad en el alegato final. La brevedad es la pasión de los jueces.

Hace poco leía una anécdota publicada en artículo de opinión por Don Antonio del Moral Garcia,Magistrado, Fiscal en excedencia (Revista Abogados, noviembre de 2012).
Recuerdo una anécdota del Tribunal Supremo de mitad del XX, en  la que una mañana especialmente densa en audiencias en la Sala Primera había llevado a un importante retraso en las vistas de 2 o 3 recursos, que a las 14 horas se encontraban pendientes de celebrar.
…. Antes de comenzar la siguiente vista  el presidente de sala llamó a los letrados privadamente encareciéndoles la máxima capacidad de síntesis por deferencia a los miembros del tribunal y a los compañeros letrados.
De modo que se inicio la vista con la clásica y breve “puede empezar la exposición el letrado del recurrente para informar en apoyo de su recurso”
 “Pido justicia” dijo éste
“Tiene la palabra de la parte recurrida”, dijo el magistrado
“Amén” respondió el abogado oponente
Y la vista concluyo.
… fue la vista más corta que nunca se ha celebrado en el alto tribunal y que jamás tan vetustas paredes han oído informes más elocuentes  y convincentes.

 Claro que esto no siempre es posible, por ejemplo sino contamos con el previo alegato/demanda/contestación/ recurso   por escrito,   especialmente si está presente en la vista el cliente que quiere oír que su pretensión es debidamente atendida por el juez, y defendida por su letrado.   

Pero si que podemos buscar un punto intermedio y seguir estas recomendaciones:
  1. Hacernos entender: Pensar en la idea central antes de exponerla en juicio y ensayarla  previamente.
  2. Usar frases cortas
  3. Vocalizar
  4. No usar tono monótono
  5. Evitar titubear   “e-e-e...” “eesto...estee...e” “m-m-m-mmm”...
  6. No pasarse del tiempo, ni salirse del tema


·         Y sobre todo,  nunca decir  que vas a ser breve y luego alargar innecesariamente la exposición.