domingo, 24 de abril de 2016

“Pescar está prohibido” Testigos Parte I




En un juicio todo puede ocurrir, por eso conviene llevar la lección bien aprendida antes de lanzarse a interrogar al testigo tanto propio como adverso.

Mientras mi objetivo es mantener y dar veracidad a mi versión,  la meta de los otros abogados, o del fiscal, es  tumbarla.   

Por eso nunca acometamos el interrogatorio sin esquema previo de las preguntas y sin objetivo claro, porque cualquier error de cálculo en la pregunta puede dar al traste con todo nuestro trabajo.  

Vayamos con la regla de oro: El interrogatorio no es un juego de azar.

No debemos improvisar,  debemos conocer la respuesta a toda pregunta que formulemos.  Dejemos las preguntas originales e ingeniosas para los "Atticus Finch"  de las películas  de abogados, porque  el riesgo de que salga mal es enorme y el fracaso estrepitoso. 


No lo olvidemos nunca, porque una vez subidos en el estrado es difícil escapar  a la tentación de preguntar  sin  calibrar que nos pueden contestar con lo que no queremos oir…..hay que saber controlarse si uno no quiere jugársela a una carta. 


Porque no nos engañemos, queda muy mal: 




Tratar de hacer como que no lo hemos escuchado,  lanzando otra pregunta rápidamente (pensando que el juez no recordará), o intentar desviar la atención  .....








O peor aún, seguir preguntando lo mismo una y otra vez para ver si cambia la respuesta (como rueda en el barro).  






Este es el camino perfecto para que el juez acabe sacándonos los colores ante nuestro repentino problema de audición: todos han oído claramente  la respuesta del testigo, nos guste o no.

Solo cabe una excepción,  formularla cuando podamos sacar provecho tanto de la respuesta afirmativa como de la negativa.  Eso sí sin muchas explicaciones porque  todo es susceptible de  empeorar y llegar al disparate:  

P: "¿Recuerda Vd. la hora a la que examino el cadáver?" 
R: "La autopsia comenzó alrededor de las 8:30 p.m." 
P: "¿Mr. Dennington estaba muerto en ese momento?" 
R: "No, estaba sentado en la mesa preguntándose porque estaba yo haciendo una autopsia." 

No conviene tampoco agobiarse demasiado,  como todo en la vida, es una cuestión de equilibrio y práctica. 


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