miércoles, 26 de noviembre de 2014

Punching ball con el testigo adverso (II)




Una vez que tengo claro mi objetivo  ¿qué  hacer? 

  • Mientras el testigo es interrogado por el otro abogado

Tomar notas del interrogatorio
Evaluar si hace daño a mi teoría del caso
Evaluar si merece la pena contra interrogar (determinar la utilidad de la pregunta)


  • Tras ello comenzar con el interrogatorio con seguridad y firmeza al preguntar:

  1. Intentando que el testigo de alguna información que pueda servir a mi teoría del caso,        
  2.  Con preguntas cerradas: sin permitir que el  interrogado explique la respuesta ni    contra argumente. Ser veloz con la pregunta, no dejar pensar al interrogado. 
  3. DEBO  DESACREDITAR al testigo o a su testimonio. 




-      ?Y que hacer si el testigo miente descaradamente o es contrario a mis intereses? Usar preguntas cruzadas, no utilizar el interrogatorio directo. Debo moverme de un tema a otro, porque no estoy tratando de estructurar una historia lógica, sino simplemente de obtener información que me resulte útil a mi hipótesis. 



EL CONTRAINTERROGATORIO UTILIZA TEMAS Y NO HISTORIAS por ello en el interrogatorio se debe identificar  perfectamente los temas sobre los cuales versará mi actuación: si se trata de desacreditar al testigo, su testimonio, los dos, etc..
Debo escoger 3 o 4 temas, no muchos porque no toda la información que de el testigo me resulta válida. Solo los aspectos importantes y no  los inútiles.

Controlar al testigo, la dirección y el ritmo del interrogatorio.

No arriesgarse con preguntas cuya respuesta no se prevé.

No discutir con el interrogado, no argumentar, no impacientarse.

Una vez obtenida la respuesta deseada no rematar al testigo.

Debo saber cuándo debo terminar.


Y  finalmente en conclusiones:
  •       Sacar a relucir lo que el testigo no dijo durante el interrogatorio
  •        Impugnar por omisiones anteriores (de las mismas informaciones dadas), por parcialidad, por inconsistencia, por falta de calidad del testimonio o testigo, etc.

martes, 25 de noviembre de 2014

Punching ball con el testigo adverso (I)

Enfrentar a los testigos de la parte contraria es una de las habilidades más difíciles de desarrollar.  

Se requiere:
  • conocer los puntos débiles del testigo y su testimonio
  • saber cómo confrontar esos puntos débiles
  • tener dominio sobre el testigo
  • saber cómo comenzar y cuando terminar



2 pueden ser los objetivos: 

  1. Desacreditar el testigo de la contraparte atacando su credibilidad. 

       Ejemplo,  demostrar que tiene interés en el asunto.
-           Prejuicios, interés u otro motivo de parcialidad del testigo
-           Carácter o patrón de conducta del testigo

    2. Desvirtuar el testimonio del testigo, no a la persona.

-           Ejemplo,  la percepción de los hechos,
-           Naturaleza increíble o inverosímil de su relato


-      Poniendo  atención en la capacidad del testigo para percibir,  la memoria que el testigo         tiene de esa percepción, y la capacidad para comunicar de esa memoria. 
       ej. ¿vd. dijo que no vio cuando hirieron al sr. X, cierto?


        Atendiendo a  las manifestaciones anteriores del testigo
-       Identificando contradicciones  (los apoyos visuales ayudan a resaltarlas) 

Se trata de  sacar el mayor provecho posible para nuestras conclusiones que aporte algo a mi teoría del caso, aunque sea mínimo



Pero sobre todo de limitar el efecto negativo del testimonio adverso en mi teoría del caso.



domingo, 23 de noviembre de 2014

El valor de las preguntas






Cuando proponemos testigos es frecuente que manifiesten su temor al interrogatorio y especialmente a las preguntas del abogado contrario.



Es importante reunirse con los testigos para:
  • Explicarles en que va a consistir el interrogatorio: cómo se va a desarrollar, sus responsabilidades y consecuencias.  
  •  Ver cuál de ellos sustenta con su testimonio mi teoría del caso y establecer el orden de su intervención (primero el testigo más creíble, segundo el testimonio más creíble).



No debemos aleccionarles, ni ocultar sus debilidades (si utilizo testigos débiles me arriesgo a dar posibilidades a la otra parte). 

Se les debe preparar tanto para nuestro interrogatorio como  para el contra interrogatorio del abogado contrario, y guiarles para que lejos de caer en el error de validar la tesis del contrario sepan cómo actuar. 

Al inicio de nuestro interrogatorio:


Acreditaré al testigo que propongo, tanto en el aspecto personal, como en el escénico (presencial: tiempo, modo y lugar; referencial: fuente; técnico: especialidad).



  • Comenzando con PREGUNTAS INTRODUCTORIAS  que lo sitúan y que son abiertas ¿Cómo, quien, cuando y donde?



Que presente todos los hechos que le constan como los haya percibido, como los recuerde y como los pueda reproducir oralmente.

Las preguntas abiertas son preguntas narrativas pero limitadas en su respuesta. 

Se utilizan cuando el abogado quiere que llamar la atención del testigo de un suceso que quiere que sea descrito ej. ¿Cómo se encontraba el coche antes de la colisión?

Pero como invitan a contar, y la respuesta suele ser emocional  y espontánea, debo cuidar  evitando que:
a) el testigo aproveche  para denigrar a su adversario
b) se desvíe del  tema
c) se incline a dar su opinión  y no a narrar los hechos 

  • Pasaremos a preguntas de TRANSICION para enlazar un tema relevante del relato con otro
  • y  a las preguntas de ORIENTACION  cuando queramos enfatizar o minimizar los temas que afectan o sirven para la teoría del caso, en este caso la pregunta será cerrada lo que obliga al testigo a responder con monosílabos.


Las preguntas cerradas, obligan al testigo a responde con monosílabos. Si no se formulan bien pueden ser consideradas subjetivas y por ello objetables, ej. ¿de qué color es la motocicleta de Juan?
Las preguntas de seguimiento, tienen por objeto que complete una respuesta anterior, porque se necesita tener un conocimiento más exacto de lo que dijo.  Por ej.  Cuando vd. dice ellos estaban gritando ¿a quienes se refiere?

Se recomienda la lectura del post "Quien tiene un testigo tiene un tesoro y sus 4 pasos".

Las preguntas siempre serán sencillas, ya que el testigo tiende a responder no a lo que no entiende. 



Se trata de presentar el testimonio de manera
  1. efectiva, de modo que se compruebe la teoría del caso que exponemos dejando de lado lo irrelevante;
  2. lógica, como un relato coherente de los hechos destacando los hechos clave; y 
  3. persuasiva (el interrogatorio no debe ser improbable o sonar como entrenado ante el juez). 




martes, 11 de noviembre de 2014

Quien tiene un testigo tiene un tesoro: 4 reglas de oro




Con frecuencia la realidad es negada en el proceso por aquél a quien perjudica y no puede ser demostrada con documentos o peritos. 

Nos vemos obligados a acudir a la prueba que - según la práctica totalidad de los jueces- ofrece la menor de las garantías, la prueba de testigos.




Sin embargo si el testigo presencial declara en juicio de forma clara y precisa resulta imprescindible para la obtención de una sentencia favorable. 

Si contamos con un testigo presencial debemos tener en cuenta que dos aspectos van a influir en sus respuestas cuando le examinamos en un juicio: 

  •  La memoria (que no graba sino que reconstruye los hechos a medida que trascurre el tiempo) 
  • y los nervios (pueden jugar una mala pasada a quienes por primera vez declaran ante el juez). 

No debemos pensar que el testigo va a hacer el trabajo por nosotros y persuadir al juez de que llevamos la razón. 

Somos nosotros quienes, con la adecuada técnica, debemos dirigir en todo momento el interrogatorio formulando las preguntas adecuadas. 

Esto exige un trabajo y preparación previas, estudiar en profundidad el asunto y las alegaciones finales, y una vez que tenemos esto, y no antes, formular las preguntas de forma breve y buscando la contundencia en las respuestas. Las preguntas deben estar dirigidas a corroborar nuestros argumentos y pretensiones. El resto resulta superfluo e incluso contraproducente ya que corremos el riesgo de aburrir al juez. 

Estas son las 4 reglas básicas del interrogatorio: 

1. Las preguntas debo realizarlas de forma abierta, “invitando a contar”, y por tanto introducidas por pronombres, adjetivos o adverbios (quién, qué, cómo, cuándo …) solo así se centra al testigo en los hechos que interesa destacar. 

2. No debo hacer preguntas si no tengo claro cuál va a ser la respuesta. 

3. Antes de formular la pregunta debo facilitar información relevante al interrogado para que la admita o rechace, pero sin sugerir la respuesta, añadiendo “no es más cierto que,… no es verdad que ….” y permitiendo que el testigo vaya familiarizándose con el interrogatorio. 

4. Tras ello continúo con preguntas más cerradas buscando respuestas más específicas y de detalle, para no cansar al testigo ni al juez.



Siempre debo concretar la pregunta a hechos que, previamente y tras el estudio del asunto y redacción de la demanda son la base de mis argumentos, de modo que el objetivo sea que la hipótesis previa que busco sea confirmada o rechazada con la respuesta del testigo. Se trata de hacer las preguntas en una dirección clara y no sin criterio ni dirección alguna.

sábado, 8 de noviembre de 2014

6 reglas básicas para un buen discurso

6 reglas básicas para un buen discurso




Es frecuente el miedo escénico cuanto nos debemos enfrentar al público, sea en una conferencia, ante un grupo de trabajo, en la presentación de un proyecto etc.

El objetivo es convencer al auditorio y sobre todo tener claro que es lo que queremos que “se lleven” de nuestro discurso.


Las reglas básicas son:
  • Prepararlo con la debida antelación. 
  •  Pensar a quien va dirigido (recabando información sobre los oyentes, se trata de descubrir lo que les interesa y relacionarlo con la idea que se desea trasmitir). 
  • Ser breve (el público nos da su tiempo, que es su bien más preciado).
  • Contar una historia atractiva que atraiga su atención y sobre la que gire la idea central de mi discurso.
  • Inicio y final deben ser más breves que el desarrollo. 
  • Crear contrastes en el contenido del discurso.


Se trata de “mover “ al público en la dirección de la idea propuesta:

  • Vinculando mi tema con sus valores y preocupaciones,
  • Definiendo cada parte del contenido que comparto con los demás, 
  • Trasmitiendo la necesidad de impulsarse hacia ese destino/meta/objetivo.



jueves, 6 de noviembre de 2014

6 reglas básicas para un buen alegato


El resultado del juicio se decide con frecuencia tras el alegato final del abogado.




Por ello no hay que descuidar su preparación previa y debemos ser capaces de utilizar todas las herramientas que faciliten nuestro objetivo prioritario: convencer al juez.

Un juicio bien realizado, precisa de una demanda o contestación –fruto de un estudio profundo del asunto –, de pruebas suficientes en apoyo de la pretensión, y de un brillante alegato final.


Si nos saltamos alguno de estos pasos,o los

realizamos de forma deficiente: 

Corremos el peligro de estar cargados de 

razón, que el juez opte por no dárnosla. 


Las reglas básicas a seguir no distan mucho  de las de los buenos oradores en sus conferencias:  

  • Prepararlo con la debida antelación.
  • Pensar a quien va dirigido  (ello nos obliga a conocer el criterio que mantiene en sus sentencias y porqué no,  la personalidad del juez).
  • Ser breve (no debemos olvidar que la agenda del juzgado contiene un mínimo de  cinco juicios  al día por juzgado).
  • Marcar el principio y el final (los estudios revelan que se pierde atención a la mitad del discurso,  y que lo último que se escucha del alegato es lo que el juez recuerda primero).
  • Utilizar un lenguaje claro y directo sin utilizar términos vulgares que desmerezcan el alegato.  
  • Identificar cada idea clave con un concepto y  prueba (se trata de persuadir al juez con aquellas pruebas que nos han resultado más favorables,  especialmente documentos y periciales). Para ello previamente debemos haber preparado el alegato y las preguntas que vamos a formular durante el juicio. 
 Hasta la más sencilla exposición debe ser fruto del buen hacer del orador,  de modo que nuestro trabajo no  termina con la vista o sentencia sino que una vez realizado,  debemos  fijarnos en los errores cometidos y aprender de cada uno de ellos, porque de ello depende el éxito de futuros alegatos.