EL
CODIGO MORSE, inventado por Samuel F.B Morse en 1844, es un instrumento muy utilizado que se asemeja mucho a los actuales sistemas derivados de internet.
Ambos se caracterizan por ser un lenguaje universal, que traspasa las fronteras, y que dotan de rapidez a la
comunicación.
Al igual que el sistema morse en
el siglo XIX, internet hoy permite transmitir un mensaje sin necesidad de papel, alcanza a todo tipo de personas con capacidades, razas, idiomas, etc. diferentes, permitiendo que se comuniquen a través de
esta novedosa telegrafía sin cables.
Pese a cruzar el planeta y
lograr que la información llegue a todos los rincones, paradójicamente,
internet también nos ha llevado a “desconectar”
de lo cercano.
Y de ahí que en el
mundo actual nos lamentemos de la “falta de comunicación” y de cómo la consecuencia de ello es que lejos
de solucionar los conflictos, los
agravemos.
Las personas
tenemos un código morse que aparece no solo en nuestros emails sino también en
nuestras conversaciones, a través de la voz y del lenguaje corporal que
trasmitimos, de tal modo que quien recibe nuestro mensaje no es indiferente a
la información que a través de dicho cauce
llega.
Los estudios
apuntan a que tan solo el 7% del impacto de un mensaje se debe a las palabras, el 38 % se debe a los matices
empleados, el tono de voz y otros sonidos; y el 55 % se
debe exclusivamente por los gestos y posturas.
Se trata de saber utilizar nuestro código y mejorar nuestra
comunicación tanto a nivel personal como profesional y este blog trata de dar
claves sobre cómo hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario